A continuación dejo un trozo del fabuloso libro 1984, de George Orwell; libro en el que el autor idea una sociedad tiránica en el cual las personas que se encuentran el poder no pueden ser derrocadas y acaparan incluso la Historia y la Verdad. Recomiendo enfáticamente leerlo y comparar lo que se cuenta con la sociedad actual.
"Durante todo el tiempo de que se tiene noticia, probablemente desde
fines del período neolítico, ha habido en el mundo tres clases de
personas: los Altos, los Medianos y los Bajos. Se han subdividido de
muchos modos, han llevado muy diversos nombres y su número ha sido relativo, así
como la actitud que han guardado unos hacia otros, han variado deépoca
en época; pero la estructura esencial de la sociedad nunca ha cambiado.
Inclusodespués de enormes conmociones y de cambios que parecían
irrevocables, la misma estructura ha vuelto a imponerse, igual que un
giroscopio vuelve siempre a la posición deequilibrio por mucho que lo
empujemos en un sentido o en otro.
Los fines de estos tres grupos son inconciliables.
Los Altos quieren quedarse donde están. Los Medianos tratan de
arrebatarles sus puestos a los Altos. La finalidad de los Bajos, cuando
la tienen -porque su principal característica es hallarse aplastados
por las exigencias de la vida cotidiana-, consiste en abolir todas las
distinciones y crear una sociedad en que todos los hombres sean iguales.
Así, vuelve a presentarse continuamente la misma lucha social.
Durante
largos períodos, parece que los Altos se encuentran muy seguros en su
poder, pero siempre llega un momento en que pierden la confianza en sí
mismos o se debilita su capacidad para gobernar, o ambas cosas a la
vez. Entonces son derrotados por los Medianos, que llevan junto a ellos a
los Bajos porque les han asegurado que ellos representan la libertad y
la justicia. En cuanto logran sus objetivos, los Medianos abandonan a los
Bajos y los relegan a su antigua posición de servidumbre, convirtiéndose
ellos en los Altos.
Entonces, un grupo de los Medianos se separa de los
demás y empiezan a luchar entre ellos. De los tres grupos, solamente
los Bajos no logran sus objetivos ni siquiera transitoriamente. Sería
exagerado afirmar que entoda la Historia no ha habido progreso material.
Aún hoy, en un período de decadencia, el ser humano se encuentra mejor
que hace unos cuantos siglos. Pero ninguna reforma ni revolución alguna
han conseguido acercarse ni un milímetro a la igualdad humana. Desde el
punto de vista de los Bajos, ningún cambio histórico ha significado
mucho más que un cambio en el nombre de sus amos.
A fines del siglo XIX
eran muchos los que habían visto claro este juego. De ahí que surgieran
escuelas del pensamiento que interpretaban la Historia como un proceso
cíclico y aseguraban que la desigualdad era la ley inalterable de la vida
humana. Desde luego, esta doctrina ha tenido siempre sus partidarios,
pero se había introducido un cambio significativo. En el pasado, la
necesidad de una forma jerárquica de la sociedad había sido la doctrina
privativa de los Altos. Fue defendida por reyes,
aristócratas, jurisconsultos, etc. Los Medianos, mientras luchaban por el
poder, utilizaban términos como «libertad», «justicia» y «fraternidad».
Sin embargo, el concepto de la fraternidad humana empezó a ser atacado
por individuos que todavía no estaban en el Poder, pero que esperaban
estarlo pronto.
En el pasado, los Medianos hicieron revoluciones bajo la bandera de la igualdad, pero se limitaron a imponer una
nueva tiranía apenas desaparecida la anterior. En cambio, los nuevos
grupos de Medianos proclamaron de antemano su tiranía".