Los y las masculinistas (es decir, neo-machistas) dicen que el feminismo se equivoca al comentar que hay un género oprimido (el de las mujeres) y otro privilegiado (el de los varones). Para ellos y ellas, los varones y las mujeres sufren una opresión por igual; y basan su argumento principalmente, y no les falta razón, en que los varones también padecemos numerosos inconvenientes, como por ejemplo el de que no se nos permite mostrar nuestros sentimientos o el de que la tasa de abandono escolar masculino es superior al femenino.
No obstante, ¿es cierto que los problemas masculinos son un indicador de su opresión? ¿Qué dice el feminismo ante esto?
El feminismo argumenta que los inconvenientes de ser varón proceden de su propio privilegio.
Por ejemplo, como indiqué en esta entrada, una persona que puede acceder a la Universidad es privilegiada frente a alguien pobre que no puede. Sin embargo, la gente que va a estudiar a la Facultad sufrirá problemas como el de sentir estrés en época de exámenes, agobiarse ante una exposición oral en clase o poder suspender. Y a nadie se le ocurriría pensar que un o una estudiante sufre una opresión igual o mayor que la de aquellas personas que, a causa de sus bajos ingresos económicos, no puede ni siquiera comprarse un manual con el que poder entender mejor una determinada asignatura.
Pero bueno, imaginemos que los y las masculinistas tienen razón y que tanto los problemas que padecemos los varones como los problemas que sufrimos quienes hemos podido estudiar en la Universidad, mostrasen que somos gente oprimida al igual que las mujeres y quienes no tienen dinero para estudiar. En ese caso, ¿qué más sucedería? En este supuesto, entonces, la gente pobre, de clase baja, no tendría razón para quejarse, porque, obviamente, las personas de clase alta también están oprimidas.
Oprimidas porque los ricos y las ricas:
- Tienen menos probabilidades de obtener una beca para estudiar.
-Tienen que pagar más impuestos.
-Sus Mercedes, su BMW o sus Audi son más caros que el Peugeot de su empleado o empleada.
-Tienen que soportar las críticas de miles de anarquistas, marxistas, socialistas... que le llaman “capitalistas de mierda, esclavistas y abusadores/as”.
-Porque mucha de la gente a la que oprimen desearían cortarles la cabeza.
-Porque tienen que controlar al proletariado y eso es un plus de trabajo por el que la clase obrera no tiene que “preocuparse”.
-Porque su hotel de cinco estrellas es más caro que la casa baja en el pueblo a la que va un o una pobre en vacaciones (si es que se puede permitir unas vacaciones).
-Porque sufren más accidentes de avión, mientras que “la gente pobre privilegiada”, al no poder permitirse el lujo de viajar cuando quiere en este caro medio de transporte, no fallece en tales accidentes.
-Porque tienen que aguantar a personas mendigando cerca de su casa.
-Porque la clase trabajadora que pertenece a alguno de los pocos países que aún conserva algún derecho para el proletariado no se preocupa de si ganará más o menos en un cierto mes al disponer de un sueldo fijo, mientras que él o ella, de clase alta y empresario o empresaria que es, tiene que preocuparse de si mañana bajará unas décimas su capital.
-Porque nadie les ayuda y apoya tanto como a la gente pobre. ¡Fijaos! ¿Qué está pasando en España? Pues que hay pobres a quienes les están echando de sus casas por culpa de la casta política, banquera y empresaria, y la gente con corazón les echa una mano. Sin embargo, ¡qué pena por las personas de clase alta! A ellos y ellas les insultan, les llaman asesinos/as y ladrones/as. ¡Ay que ver! ¡¡Cuán castigada y oprimida está la clase favorecida!!
En fin... El día menos pensado se levanta Hitler de su tumba y nos dice que él estaba oprimido porque tenía que pagar las facturas del gas. ¡Que no le salió barato! ¿Eh?
1 comentario:
eeeh, que Hitler tuvo que pagar una buena factura del gas, a ver si ahora te vas a olvidar de sus problemas, pobrecito!!!!!!
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