miércoles, 24 de abril de 2013

Ahora entiendo lo que se siente cuando un hombre te molesta en la calle.

Pues sí, es verdad, no soy mujer, así que no tengo que aguantar a un imbécil en cada esquina llamándome guapo, pidiéndome que le chupe el glande, persiguiéndome como si quisiese violarme u otras sandeces.

Pero hace poco fui al barrio de Chueca, en Madrid capital, un barrio frecuentado principalmente por gente homosexual.

Estaba hablando tranquilamente con mi amada, caminando despacito por la calle, cuando, de repente, un chico de más o menos mi edad, más alto y muy flacucho, gay, sin verle yo venir, me dice muy cerca de mí y con una sonrisa, algo así como "¡anda!, pero qué chiquitito y qué mono" y según pasa a mi lado, acaricia lenta y suavemente mi hombro, poniendo cara de estúpido, y pasa de largo.

Me quedé de piedra, alucinado. No supe reaccionar. Simplemente le dejé pasar de largo sin decirle nada, sin pegarle un puñetazo, sin reaccionar de ningún modo. Me pilló por sorpresa. No me lo esperaba.

Solo es al cabo de unos cuantos segundos, ya lejos de aquel tipo, cuando logro exclamar por lo bajo: "¡Será imbécil!". Entonces miro a Kuxille y le digo: "¿Has visto lo que ha hecho el muy cerdo...? Y yo, tan idiota, no le digo nada. No sé... No me lo esperaba".

Entonces ella, con una de sus preciosas e implacables sonrisas, me suelta: "Bueno, al menos ya no te sorprendas si me pasa algo así con un tipo y yo no reacciono... Cuando te viene por sorpresa, más bien te quedas en shock".

Pues sí, cielo, sí, tienes razón. No entendía por qué una mujer puede llegar a quedarse callada y de brazos cruzados ante una situación así, pero ahora lo comprendo.

Y lo que es peor, tan tonto, durante unas horas llegué a sentirme incluso culpable por no haber reaccionado adecuadamente ante el chico. Como si yo hubiese tenido la culpa de que un subnormal me haya hablado y tocado de semejante manera...

¡Hay que fastidiarse!


Aclaración:

Creo que queda claro que no tengo nada en contra de la gente homosexual y de la homosexualidad en sí misma. Soy plenamente consciente de que lo que este chico hizo no fue por ser gay, sino más bien, seguramente, por ser varón.

Ahora, no comprendo por qué en una cultura en la que se incita a los hombres a tratar malamente a las mujeres, un chico haya actuado así con otro chico... La verdad, estoy bastante desconcertado. No lo comprendo...

jueves, 11 de abril de 2013

El dilema de Epicuro.

Si Dios quiere acabar con el mal, pero no puede, entonces no es omnipotente.
Si Dios puede acabar con el mal, pero no quiere, entonces es malévolo.
Si Dios puede y quiere acabar con el mal, ¿entonces por qué hay males en el mundo?
Si Dios no puede ni quiere acabar con el mal, ¿entonces por qué llamarlo Dios?

martes, 2 de abril de 2013

¿Y si yo no soy yo, sino que soy una mesa?

Hace unos días, una persona agnóstica, hablando sobre religión y sobre mi ateísmo, me dijo que tenía que estar abierto a todas las posibilidades; que al igual que Dios podría no existir, también podría sí existir. "¿Y si existe?", me preguntaba esta persona. Bueno, imagino que entonces debería caber también la pregunta de: ¿y si existen Isis, Thor, Ishtar, los unicornios, Darth Vader, Lighning, Mew, Angewomon, Astarté, Shiva, Shakti, los sheks y el señor oscuro Saurom, en lugar de Alá, Yavhé, Jehova, o como se quiera llamar al dios del cristianismo, el judaísmo y el islam? Ah, no, claro, que cuando se habla de dejar la puerta abierta a la existencia de un dios, lo que en realidad quieren decir es "deja abierta la posibilidad de que exista mi dios y no el del pueblo vecino.

El caso es que esta persona me comentaba que es importante mantener un espírtu crítico y pensar. Pues bien, he aquí mi primera reflexión:

¿Y si yo no soy yo, sino que soy una mesa?

No, no, no voy a broma. ¿Y si en verdad lo soy? ¿Eh? ¿Eh? A ver, ¿quién me responde a esto, por favor? ¿Y si yo no soy yo, sino que soy una mesa?

Vamos, vamos, que tenemos que ser personas abiertas a toda, TODA, posibilidad, por muy absurda que parezca...