martes, 11 de junio de 2013

Santo Padre...

Os dejo una de las tantas buenísimas viñetas que diseña Andrés Diplotti, creador de la fantástica y recomendable página LA PULGA SNOB:

Santo padre

domingo, 9 de junio de 2013

La libertad no consiste en poder quejarse.

Tengo dos preguntas que haceros:

1- ¿Cómo os consideraríais más libres: en un puesto de trabajo en el cual se os permite quejaros a vuestro jefe o vuestra jefa para que os deje comer, porque vuestro horario laboral es de siete de la mañana a ocho de la tarde sin descanso ni para alimentaros, o en un puesto de trabajo en el que ya tenéis derecho a comer y no os hace falta protestar?

2- ¿Cómo os sentiríais más libres: en una familia que os deja quejaros de que os impide salir con vuestro novio o vuestra novia, o en una familia que os deja tener la pareja (o las parejas) que os plazca?

Imagino que en ambas preguntas os sentiríais realmente libres en la segunda opción...

Entonces, ¿por qué mucha gente piensa que es libre en una Democracia solo porque puede quejarse de que cobra un sueldo de mierda, de que trabaja más horas que los esclavos y las esclavas de la Antigua Grecia, de que puede fallecer durante la gestación por faltar una ley que permita la interrupción voluntaria del embarazo, de que se le impida tener acceso a la Universidad o de que no pueda caminar por la calle sin camiseta... cuando la libertad consistiría en tener todos esos derechos ya y poder hacer lo que nos plazca (dentro de un marco ético) sin tener que quejarnos?

martes, 4 de junio de 2013

Imagina que alguien entra en tu casa y...

Imagina que alguien a quien no conoces, que no es de tu familia ni ninguna amistad, entra en tu casa y comienza a mandar en ella.

Imagina que te dice que tú no vales para organizar tu propia casa, que tú eres un ser idiota, inferior o maligno por naturaleza, y que es mejor que le dejes al mando porque él sabe más o representa al Bien en sí mismo y sabrá hacer que tu casa vaya por buen rumbo.

Entonces, por este motivo, imagina que te dice qué bombilla debes cambiar, cuándo lo debes hacer y qué marca de nueva bombilla has de comprar.

Imagina que planfica la educación de tus hijos o hijas; que, por ti, decide si deben creer o no en alguna religión, si pueden o no puede ir a la Universidad y les fomenta el sexismo y el clasismo.

Imagina que decide por ti si tienes derecho o no a curarte una herida que te causas al cortarte con un cuchillo mientras pelabas una manzana; que esta persona, a su antojo, provee o desprovee tu casa de tiritas, iodo y demás utensilios sanitarios.

Imagina que además te esclaviza. Que te dice cuánto tiempo tienes que pasar limpiando la casa, cómo debes limpiarla, con qué aparatos debes hacerlo y con cuáles no, etcétera. Por si fuese poco, pone a alguien sobre ti que te supervisa, te controla, te explota y se lleva las ganancias de tu trabajo.

Imagina que también, al final del día, os pide a ti y a tu familia que le déis de comer; y os obliga a cocinar un plato y una cantidad determinada. A veces esta persona usará esa comida para ayudar a otras personas que hay fuera de tu casa, lo cual le hará parecer una buena persona, pues eso es una buena acción, y además eso os hace sentir bien. Pero que otras veces toda la comida se la come él y os deja pasando hambre (o se la da a compañeros y compañeras con los bolsillos bien llenitos de dinero).

Imagina que esta persona, cuando quiere, tiene poder suficiente como para echaros de vuestra casa; y que decide cuándo salís y cuando entráis.

Imagina que, además, esta persona tiene el poder de decidir que sus amigos y amigas entren en tu casa, duerman en ella, te roben, la ensucien...

Imagina que también tiene dentro y fuera de tu casa a amigos y amigas con quienes te amenaza con golpearte o apresarte si protestas.

Imagina que esta persona ni siquiera ha entrado por la fuerza, sino que lo han decidido voluntariamente todas las personas de tu barrio en una votación y tú no has tenido más remedio que resignarte y dejarla pasar a tu casa; o que incluso tú has decidido, tontamente, en esa votación (la cual te ha sido impuesta) que esta persona entre en tu casa, porque te parecía la menos mala para hacerte compañía.

¿Te parecería irritante? A mí sí.

Sin embargo, curiosamente, aunque quizá no mucha gente dejaría que algo así pasase en su casa, lo cierto es que esto es aceptado en masa, acontece todos los días de tu vida y tiene un nombre: Democracia; y viene a ser un sistema político en el que el poder del pueblo consiste en echar un papel en una caja para eligir quién gobernará en su casa y en su vida.

A causa de esta Democracia, alguien decide sobre tu sexualidad, te pone y te quita la Universidad a su gusto, impone tus obligaciones y tira a la basura tus derechos, decide si debes vivir o morir, elige cuánto tiempo puedes ver a tu familia y deja que haya gente pisoteándote la cara continuamente.

Pues no lo olvides: en este sistema, tu ciclo vital es nacer entre el estiércol que la casta política y demás gente con poder echan en tu hogar, crecer con peso en tu espalda, alimentarte con las sobras de otras personas, relacionarte con una empresa que te trata como un número, reproducirte para generar los esclavos y las esclavas del futuro, y re-fallecer, pues no se habrá podido decir que tu vida haya sido vida. 

Y ahora repite conmigo: Soy libre. O eso prefiero creer...