domingo, 6 de julio de 2014

El anarcomacho

Existe un tipo de anarquistas, a quienes solo les importan los problemas de clase; y, entre algunos otros, simplemente se centran en la abolición de los gobiernos.

Son anarquistas a quienes les da igual que las mujeres deban ser tratadas como personas iguales a los varones; y que no dudarían en montar una anarquía androcrática, en la cual la libertad quedaría dada para los varones exclusivamente y las mujeres permanecerían como esclavas sexuales y del hogar.

Son anarquistas a quienes el feminismo les parece lo más atroz del mundo, porque temen que en el futuro los varones deban esforzarse para conseguir ciertas cosas y pierdan el privilegio de que les venga casi todo hecho por la simplez de tener un pene entre las piernas.

Son anarquista que se despreocupan olímpicamente de sus parejas, que las abandonan a su suerte cuando quedan en periodo de gestación, que las introducen en la dependencia emocional y que no tienen ningún tipo de acuerdo con ellas, porque cuando se trata de cuestiones de Estado, el ser humano ha de ser libre, pero cuando de parejas se trata, hágase su voluntad.

Son anarquistas que consideran que una mujer no es más que un varón sin pene; olvidando que ellas sí tienen genitales propios.

Son anarquistas que dicen que una cosa es la lucha contra el fascismo y otra cosa bien distinta es la familia.

Son anarquistas que se oponen a todo tipo de autoridad, pero cuando se trata de prohibir a las mujeres entrar en batalla y dejarlas lavando platos, no dudan en dar su voto a favor.

Son anarquistas que consideran a las mujeres como meros objetos sexuales y que piensan que la abolición de la propiedad privada pasa por hacer que todas las mujeres sean públicas, cuales bienes terrenales.

Son anarquistas que opinan que el feminismo en sí mismo es un movimiento burgués que divide a la clase trabajadora. 

Son anarquistas que disfrazan de independencia su falta de simpatía y de cuidados.

Son anarquistas que de anarquistas no tienen nada, porque pretenden perpetuar los privilegios masculinos.

Son anarquistas que, aunque no lo digan en voz alta, odian a las mujeres y las consideran como seres inferiores.

Tienen un nombre: anarcomachos. Y hay que tener mucho cuidado con ellos, porque ondean la bandera negra para todo aquello en que se ven afectados; pero cuando se trata de ayudar a las compañeras... la esconden entre sus calzones y la usan para aparentar que tienen un súper pene y son bien pero que bien machotes.

Pierre Joseph Proudhon, anarquista-machista.