miércoles, 26 de febrero de 2014

Camina a tu aire.

El siguiente fragmento de la fantástica película El club de los poetas muertos, se lo dedico a todos aquellos y a todas aquellas que tienen el valor de seguir sus propias convicciones, sin importar qué dirán o pensarán las demás personas.

Por todos aquellos y todas aquellas que se atrevieron a salir del camino establecido y decidieron caminar o no caminar libremente, cambiando con ello el mundo a mejor.

miércoles, 19 de febrero de 2014

El patriarcado no oprime a los varones.

Últimamente, leyendo a algunos compañeros (e incluso compañeras) feministas, me he percatado de algo totalmente problemático: los (y las) hay que afirman que los varones también estamos oprimidos; los hay quienes dicen que el patriarcado también oprime al género masculino.

Y estoy alucinando en colores...

Vamos a ver: para que haya un sector oprimido, debe haber otro que le esté oprimiendo. 

Si existe opresión de género, no pueden estar los dos géneros igualmente oprimidos. Si hay opresión de clase, no pueden estar todas las clases sociales oprimidas por el sistema clasista. Si existe opresión en función de la orientación sexual, la gente heterosexual, bisexual, homosexual, asexual... igualmente oprimida.

Si la población de piel blanca y la población cuyo color de piel es más oscura, sufren la misma opresión, ¿quién puñetes las está oprimiendo?

Si tanto una persona delgada como una obesa sufren la gordofobia, ¿qué sentido tiene hablar de opresión dirigida hacia aquellas personas que no se ajustan a los cánones de belleza por pasar un cierto límite de Índice de Masa Corporal?

Si los varones y las mujeres padeciensen opresión por igual, ¿quién oprime a quien? ¿Cuál es la parte que se encuentra por encima y tiene poder y capacidad para oprimir?

No tiene sentido hablar de opresión para dos o más grupos por igual cuando debe haber alguien que está por encima y alguien que está por debajo, para que ésta exista, y por muchos problemas que se encuentren los sectores dominantes.

La gente pobre está oprimida por las clases adineradas; pero no podemos afirmar que la clase alta está igual de oprimida que la baja, solo porque una persona rica salga con miedo a la calle de que un o una pobre le robe.

Los niños, las niñas, los y las adolescentes, y los y las jóvenes, sufren la opresión patriarcal de un sistema adultista que coloca por encima a las personas adultas de las no adultas y centra todas las medidas en las primeras. Pero no pueden estar ambos grupos igualmente oprimidos, por mucho que un padre o una madre sea quien deba trabajar muchas horas para alimentar a su hijo o hija y no al revés.

La especie humana explota, vende, tortura y utiliza al resto de especies animales; por lo tanto, es la especie humana la que oprime a las demás, y de ningún modo podemos afirmar que por el simple hecho de que somos los humanos quienes fallecemos en accidentes laborales, sufrimos una opresión al igual que los animales que padecen la tortura en las plazas de toros, el maltrato en los circos y la encarcelación en zoológicos y tiendas de animales.

Para que haya alguien que sufre opresión, repito, debe haber alguien que le oprime.

Puede ocurrir, y ocurre, que dos grupos diferentes sufran la opresión de otro sistema a parte. Por ejemplo, tanto los varones como las mujeres pobres, tanto la gente blanca como de color que es pobre, como la población extranjera y la nativa de clase baja, sufren la opresión clasista de un sistema capitalista.

Pero en lo que al tema del género se refiere, para que el género femenino esté oprimido, por lógica el género masculino no lo ha de estar; es decir, que si las mujeres están oprimidas, los varones hemos de ser los opresores.

Otra cosa bien diferente es que el patriarcado nos perjudique en determinados aspectos.

Para que se comprenda, una persona que aparece en la prensa rosa y se enriquece a costa de contar su vida, tendrá que aguantar las constantes miradas de la gente al caminar por la calle y el acoso de los y las paparazzis. Pero de ningún modo esa persona sufre opresión de clase. Ese varón o esa mujer se está enriqueciendo, acumulando mucho capital y puede emplear la fuerza de trabajo de otras personas, así como hacerse con medios de producción. Le será fastidioso no poderse quitar de encima a gente molesta cuando no le sea rentable económicamente hablando. Pero, por supuesto, eso no significa que sufra opresión.

Otro ejemplo: gobernantes y líderes en general han sufrido múltiples traiciones. Julio César, caso que es conocido, falleció asesinado. ¿Indica esto que el romano estaba tan oprimido que cualquier plebeyo o plebeya solo porque las clases más bajas no eran objeto de traición? De ningún modo. César estaba por encima de las clases bajas en la pirámide social y, por consiguiente, él era quien oprimía al pueblo al acaparar la autoridad y el poder.

Por lo tanto, dejémonos de tonterías. Es cierto que los varones padecemos múltiples problemas a causa del patriarcado; es verdad que nos es perjudicial en determinados ámbitos. Pero tengamos una cosa clara: aunque el feminismo, el movimiento que busca la igualdad entre mujeres y varones, nos venga bien a los chicos para dejar de padecer tales complicaciones, éste es un movimiento que nos da mucho más que perder, ya que son más numerosas las ventajas que tenemos como varones que las desventajas.

Con el feminismo, por supuesto, no necesitaremos ocultar nuestros sentimientos, no tendremos que ir de machos alfa y súper-viriles, no tendremos que ser quienes encabezamos las listas de muertes por accidentes laborales... pero, a su vez, ya no manejaremos la economía y la política, no podremos decidir sobre el cuerpo de las mujeres, no podremos explotarlas sexualmente, no podremos asustarlas con piropos y amenazas en la calle (tendremos que compartir el espacio público), tendremos que admitir que lo tenemos más fácil en la vida qu ellas, tendremos que aceptar que nuestra opinión no cuenta en relación a si ellas tienen derecho o no a interrumpir la gestación, no será tan fácil violarlas o maltratarlas porque quedará claro que un no es un no y que ninguna mujer merece esas cosas... y en definitiva, tendremos que dejar que sean libres e iguales en derechos y obligaciones a nosotros.

Y es que, para ser feminista, no hace falta ganar con el feminismo ni mostrar "cuánto nos perjudica" el patriarcado.

Para ser feminista... lo único que es necesario es empatía, solidaridad y amor por la libertad y la equidad de toda, toda, toda, la especie humana.

Así pues, déjese de afirmar esa estupidez de que el patriarcado nos oprime a todas y todos; porque no, no es así.

Tu condición de varón, blanco, heterosexual, burgués... no te oprime en absoluto.

domingo, 16 de febrero de 2014

No más acuerdos ni con el Gobierno ni con la patronal.

Jorge trabaja en una escuela como Maestro de Educación Primaria. Entre sus alumnos, sus alumnas y él, el curso pasado lograron montar una pequeña biblioteca en el aula con 200 libros. 

Al inicio de este curso escolar, llegó a la escuela un malvado dragón que amenazó con quemar todos los libros porque no le gustaba que los niños y las niñas leyesen. Jorge, atemorizado, acordó con el dragón que si solo quemaba 100 libros, le daría un poco de comida a cambio. Habían perdido 100 libros, pero al menos conservaban otros 100 y sus discentes podrían seguir disfrutando de la lectura.

Sin embargo, poco tiempo después, el dragón volvió y amenazó de nuevo con quemar la estantería entera con todos los libros. Jorge, que tenía mucho interés en que sus educandos leyesen, acordó con el dragón que si solo quemaba 50 libros, le daría un poco de comida a cambio. El dragón aceptó el pacto, y aunque solo quedaban 50 libros en la estantería, Jorge se quedó satisfecho porque sus niñas y niños podrían seguir leyendo. 

Hace 2 meses, el dragón volvió a aparecer por la escuela y amenazó nuevamente con quemar todos los libros. Jorge selló un nuevo acuerdo con éste gracias al cual logró conservar aún 25 libros.

Ayer, desgraciadamente, el dragón quemó todos los libros que quedaban en la estantería. 

Hoy lloramos que ningún alumno y ninguna alumna puede leer, y Jorge se ha dado cuenta que tenía que haber plantado cara al dragón, no haber firmado ningún acuerdo y decirle claramente que o no quemaba ningún libro, lamentaría su osadía.

Estoy quemado, tan quemado como los libros que Jorge y sus discentes tenían en el aula, de ver cómo los gobernicatos, perdón, los sindicatos, como CCOO y UGT (1), firman acuerdos con Ayuntamientos, empresas y demás, que aunque se muestran como triunfos para los trabajadores y las trabajadoras, solo lleva a un punto: la pérdida de derechos laborales y la consecuente explotación obrera.

Pero lo siento: cada vez que se firma un pacto hacia atrás, no se gana una batalla, sino que se consigue una derrota.

Cada vez que se firman despidos, reducciones de salario, más horas de trabajo... no se evita algo trágico, sino que se tolera.

Cada vez que el pueblo obrero deja caer a compañeros y compañeras para el propio beneficio, no se avanza contra el capitalismo, contra el poder, sino que se retrocede.

Porque cada vez que el dragón nos quema libros... no debemos pensar en los libros salvados, sino en impedir que el dragón vuelva a amenazar.

Y porque cada vez que pactamos que el dragón nos queme libros, no conseguimos una estantería más amplia y con mayor variedad, sino una más pequeña que nos encadena y nos obstruye la mente.

Si queremos avanzar, caminemos hacia adelante y no hacia atrás.

Por ese motivo, yo digo:

No más acuerdos ni con el Gobierno ni con la patronal. 
Solidaridad y unión del pueblo, solución contra el poder y el capital.


Nota:

(1)- Para quienes no sean de España, C.C.O.O. son las siglas de Comisiones Obreras y UGT de Unión General de Trabajadores. Ambos son gobernicatos del Estado español que, junto al Gobierno y quienes manejan la economía, contribuyen a la explotación del proletariado y a la pobreza de la ciudadanía.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Una secta con símbolos de sangre y carne bajo una máquina de tortura.

Existe en el planeta Tierra una secta que se reúne una vez a la semana para consumir símbolos de carne y sangre humana bajo una antigua y terrorífica máquina de tortura y muerte.

Se llama cristianismo y, en su terminología, se trata de una religión que se reúne cada domingo para tomar el cuerpo y la sangre de Cristo bajo un crucifijo.


Imaginaos que Jesús de Nazaret hubiese nacido en una época más actual y hubiese sido asesinado con una silla eléctrica y los cristianos y las cristianas promoviesen que se pusiese una en las aulas; o que hubiese muerto tras el disparo de un fusil y ahora todos y todas llevasen uno cargado y colgado en su pecho...

Y luego se quejarán de la violencia que aparece en la televisón, cuando llevan a sus niños y niñas a un centro donde tienen la representación de un hombre clavado en madera, sangrando y agonizando de dolor, si no es que está muerto.

domingo, 2 de febrero de 2014

Tolkien ante la pena de muerte.

"-¡Qué lástima que Bilbo no haya matado a esa vil criatura cuando tuvo la oportunidad!

-¿Lástima? Sí, fue lástima lo que detuvo la mano de Bilbo. Lástima y misericordia: no matar sin necesidad. Y ha sido bien recompensado. Frodo, puedes estar seguro: la maldad lo rozó apenas y al fin pudo escapar por el modo en que tomó posesión del Anillo, con lástima.

-Lo lamento -dijo Frodo-; estoy asustado y no siento ninguna lástima por Gollum.

-No lo has visto -interrumpió Gandalf.

-No, y no quiero verlo -replicó Frodo-. No puedo entenderte. ¿Quieres decir que tú y los Elfos habéis dejado que siguiera viviendo después de todas esas horribles hazañas? Ahora, de cualquier modo, es tan malo como un orco, y además un enemigo. Merece la muerte.

-La merece, sin duda. Muchos de los que viven merecen morir y algunos de los que mueren merecen la vida. ¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos".


Fuente:

Tolkien, J.R.R. (1901). El Señor de los Anillos. La Comunidad del anillo. Barcelona: Minotauro.