domingo, 18 de agosto de 2013

Ciclos masculinos.

Pues sí, al parecer los varones también tenemos ciclos. Según las fuentes que he leído, son cinco, pero yo voy a hablar de cuatro porque uno de ellos, el ciclo largo, no me parece un ciclo, ya que hablan de él como un proceso lineal y gradual, mediante el cual nos cuentan que a partir de los 40 años decae la testosterona, reduciéndose un 10 % cada década transcurrida a partir de esa edad.

1- Ciclo anual: 

Los niveles de testosterona son más elevados en otoño que en primavera (al contrario de lo que se suele pensar); concretamente en los meses de septiembre y octubre. Teóricamente, esto es así, por evolución, para que las criaturas nazcan en primavera-verano, etapa en la que se puede conseguir más alimento para la madre y que pueda dar el pecho, además de que el o la bebé no coja tantas enfermedades.

Y en mi opinión, si, como dice el dicho, "la primavera, la sangre altera", es porque la gente sale a la calle con menos abrigo y el calor de esa misma sensación al cuerpo que cuando tenemos la libido por las nubes.

2- Ciclo mensual:

Según el periódico Vanguardia, una de las fuentes en las que he leído el tema de los ciclos masculinos:

"De todos los ciclos masculinos, este es el que tiene la mayor oportunidad de alcanzar niveles psicológicos. En efecto, a través del mes hay una variación medible en los niveles de testosterona, cuyo declive se refleja en el desempeño físico y mental del varón.

Y ese desempeño puede mezclarse con el estrés, que a su vez es un potente depresor de la testosterona, ya se trate de estrés físico (por ejemplo demasiado ejercicio), o de estrés psicológico".

3- Ciclo diario:

Existe también un ciclo de testosterona que dura 24 horas, encontrándose el punto más alto por la mañana, y el más bajo, al caer la noche.

De aquí se explica que podamos llegar a despertar con una erección y que exista una tendencia a que la libido sea más alta por la mañana que al caer la noche.

4- Ciclo extracorto:

Se trata de un ciclo que ocurre cada 15 ó 20 minutos.


Nota:

Publico esta entrada para mostrar cómo los varones también tenemos cambios hormonales cíclicos por naturaleza, pero no creo que haya que darle mucha importancia. Ni si quiera al ciclo femenino. Existe una doble polaridad: la de quienes toman estos temas como tabúes y la de quienes inventan cuentos místicos. No creo que la regla ni las poluciones nocturnas sean una conexión con la Luna ni con los planetas, ni que sean algo sucio y demonizante. Son procesos naturales, normales, como el comer y el cagar. Está bien desculturizarnos y liberarnos de esas absurdas ideas patriarcales de la regla, el sexo y el semen como algo pecaminoso y repugnante. Pero pienso que lo normal es naturalizarlo, no dotarles de algo divino, místico. El semen y la sangre son fluidos normales y corrientes, como la bilis, pero nadie va a decir que la bilis nos mantiene en contacto con Plutón y nos otorga dones masculinos/femeninos místicos que elevan al ser humano hasta la máxima pureza, ¿verdad?

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